En los primeros días de enero de 2020, la población portuguesa estaba preocupada por la llegada de una gripe originada en Wuhan, China, que parecía requerir el uso intensivo de un ventilador para el tratamiento de los peores casos, afectando en su mayoría a los ancianos. La situación de la gripe evolucionó rápidamente, y pronto, en marzo de 2020, Portugal declaró oficialmente el estado de emergencia, con un cierre de la mayor parte de la economía. El estado de emergencia se renovó 3 veces (por periodos de 15 días), y nadie quiso prorrogar el estado de emergencia por cuarta vez... la economía se vio profundamente perjudicada, y aunque la propagación del virus se contuvo en una fase muy temprana (sólo se había infectado aproximadamente el 3% de la población), parecía que lo peor estaba por llegar... ¿qué tenía que hacer el primer ministro de Portugal, António Costa, para minimizar los daños causados a su país?