Con un lenguaje y un estilo inmediatamente comprensible para todos, el Autor ilustra las competencias y la metodología del trabajo cotidiano, silencioso y discretísimo del Dicasterio, el modo correcto de recurrir a él y además, para facilitar al máximo el trabajo a los confesores y directores espirituales, ofrece también modelos de cartas para dirigirse a ese Tribunal "sui generis".