Trabaja este texto un círculo argumentativo desde lo humano y sus valores, la práctica de estos en la cotidianidad, y unas reglas de juego, como también unas píldoras y anhelos, propuestos como ideal para los jóvenes de nuestra sociedad; está escrito en primera persona, y pretende llegar a la juventud, al igual que a los padres, en un lenguaje sencillo y coloquial que reivindica la vida y su accionar. Las ideas y pensamientos aquí expuestos, buscan moldear una filosofía, la cual debe transcurrir entre unos deberes y derechos sociales, que posibilitan el respeto hacia los otros seres de nuestro entorno, lo cual engrandece nuestra existencia.