Se llega, con este volumen, al final de la Cristología. En efecto, una vez, que se recopilaron los datos previos de la Revelación y el Magisterio sobre Jesucristo y se solventaron las dificultades que provienen de la necesaria conexión entre los tratados de Dios Uno y Trino y el de Cristología (volumen I), y se respondieron a las preguntas sobre quién es Cristo -esto es, su ser como el Hijo de Dios vivo, el Verbo encarnado, las dos naturalezas perfectas unidas hipostáticamente en la segunda Persona de la Trinidad-, y qué es Jesucristo -es decir, su papel de Mediador- (volumen II), corresponde profundizar en la obra del Señor, respondiendo al porqué de Jesucristo, lo que nos lleva al estudio de la Redención. Como dice el Credo niceno-constantinopolitano:
"propter nos homines et propter nostram salutem descendit, incarnatus est et homo factus est et passus est, et resurrexit tertia die, et ascendit in cælos, venturus iudicare vivos et mortuos''. D. S. 125.
Aunque la obra redentora de Cristo alcanza su culminación en el Misterio Pascual de su Pasión, Muerte, Resurrección y Ascensión, sin embargo, siendo Cristo el Mediador por antonomasia y el Nuevo Adán, toda su existencia terrena es también salvadora: desde su entrada en el mundo hasta su exaltación a los cielos. Y ésa es también la razón de que la teología clásica incluyera en los estudios de cristología un apartado extenso para la consideración de los diferentes aspectos de la vida de Jesús, que no son simplemente preparación para la Redención, sino que son ya realidad de esa salvación. Santo Tomás lo declara taxativamente: "Omnia enim quæ in Christi carne facta sunt, nobis salutaria fuerunt virtute divinitatis unitæ'' (Santo Tomás de Aquino: Compend. Theol., lib. 1, cap. 239).
Con todo, es lógico que se realice un estudio más extenso de todo el misterio pascual del Señor, su Pasión, Muerte, Sepultura, Resurrección y Ascensión, desde el punto de vista soteriológico.
La parte final del volumen se dedica a desentrañar la naturaleza de la obra redentora del Señor, sobre todo, bajo la perspectiva de la satisfacción, expiación, mérito y causalidad de Jesucristo. Como resume Santo Tomás de Aquino, se trata de profundizar en la pasión de Cristo, que en cuanto vinculada con su Divinidad, obra por vía de eficiencia; pero, en cuanto referida a la voluntad del alma de Cristo, obra por vía de mérito; vista en la carne de Cristo, actúa a modo de satisfacción, en cuanto que por ella somos liberados del reato de la pena; a modo de Redención, en cuanto que mediante la misma quedamos libres de la esclavitud de la culpa; y a modo de sacrificio, en cuanto que por medio de ella somos reconciliados con Dios (Santo Tomás de Aquino: Summ. Theol., III, q. 48, a. 6, ad 3.)
Concluye el volumen con la bibliografía selecta que se utilizó para la composición de toda la obra.